La inteligencia emocional mide la habilidad y destreza de entender, comprender y canalizar las emociones de uno mismo y las del entorno. Para desarrollar y fomentar este crecimiento personal la mejor opción es acudir a un profesional de la psicología con el objetivo de conocerse mejor, aprender recursos que poder aplicar en la vida familiar, personal, social o laboral o con el objetivo de desahogarse, ordenarse, tomar decisiones y aprender a resolver los conflictos desde otra perspectiva.
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Aunque no haya un trastorno, patología o problema concreto, el aprendizaje de uno mismo, de su funcionamiento, necesidades, deseos, metas, relaciones…etc, llevar a cabo este tipo de terapia será un proceso siempre gratamente satisfactorio.
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